Mis 90 días de gratitud | Día 17: Tres cosas me hacen ser una compañera atractiva
Tres cosas que me hacen ser una compañera atractiva
Pensar en qué me hace atractiva como pareja es un ejercicio que oscila entre la incomodidad y la sorpresa. No es fácil reconocer virtudes propias sin sentir que suenas arrogante. Pero aquí están, con toda honestidad, tres cosas que creo que me hacen ser una buena compañera.
1. Soy como Bridget Jones: torpe pero dulce y sensible
No soy la mujer perfectamente coordinada que nunca tropieza. Soy más bien del tipo que se derrama el café, dice cosas incómodas en el momento equivocado y olvida dónde puso las llaves. Pero precisamente esa torpeza viene acompañada de dulzura y sensibilidad genuinas.
No finjo ser perfecta ni trato de impresionar con una versión pulida de mí misma. Lo que ves es lo que hay: una persona real, con sus imperfecciones visibles, pero con un corazón genuino. Y eso, curiosamente, crea cercanía. La gente se siente cómoda conmigo porque no tiene que competir con una versión idealizada.
2. Mi sonrisa desarma y conecta
Me han dicho repetidamente que mi sonrisa es una de mis mejores cualidades. No es algo que yo controle conscientemente, simplemente sonrío con facilidad, con ganas reales. Y esa sonrisa genuina tiene el poder de desarmar tensiones, crear atmósferas cálidas y hacer que otros se sientan bienvenidos.
Una sonrisa auténtica dice muchas cosas sin palabras: "estoy contenta de verte", "me gusta estar aquí", "este momento es bueno". Y en una relación de pareja, esos pequeños gestos cotidianos construyen la base del afecto y la complicidad.
3. Me intereso genuinamente por lo que le apasiona a mi pareja
Soy curiosa por naturaleza y me gusta aprender. Esto se traduce en que me intereso genuinamente por aquellas cosas que le gustan a la otra persona. No finjo atención ni hago preguntas por cortesía. Realmente quiero entender qué le emociona, por qué le importa, qué encuentra fascinante en eso.
Este interés real crea una dinámica donde la otra persona se siente vista, escuchada y valorada en sus pasiones. Y cuando alguien siente que sus intereses importan, se siente amado de una forma profunda y cotidiana.
La suma de lo imperfecto y lo genuino
Al final, lo que me hace atractiva como pareja no es la perfección, sino la autenticidad. Soy torpe pero cálida, sonrío con facilidad y me intereso de verdad. No es poco. Es, de hecho, la base de una relación honesta y feliz.
Agradezco estas cualidades que, aunque imperfectas, crean conexiones reales con las personas que amo.
Agnesi,

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