Mis 90 días de gratitud | Día 18: Dos recuerdos donde la vida, Dios o algo superior me ayudó realmente de una manera sorpresiva

Dos recuerdos donde la vida me ayudó de manera sorpresiva

Hay momentos en la vida donde las cosas se alinean de una forma tan perfecta que es difícil atribuirlo solo a la casualidad. Esos instantes donde sientes que algo más grande que tú está moviendo piezas en el tablero a tu favor. He tenido dos de esos momentos, y ambos cambiaron el curso de mi vida por completo.

La foto de boda que abrió puertas

El primero fue cuando me casé. Un amigo de mi esposo vio las fotos en redes sociales y una semana después lo llamó para ofrecerle trabajo remoto en su empresa en Estados Unidos. Mi esposo me recomendó a mí. Pasé el período de prueba y conseguí ese trabajo remoto que nos permitió completar el dinero necesario para salir del país.

Era una meta en la que llevábamos trabajando casi cuatro años. Cuatro años de ahorrar, planificar, soñar con esa salida. Y de repente, una simple foto de nuestra boda fue la llave que abrió esa puerta. ¿Coincidencia? Tal vez. Pero se sintió como una bendición perfectamente sincronizada.

La compañera de cuarto que cambió mi destino

El segundo momento fue el día que conocí a mi compañera de cuarto en Portugal. Jamás me imaginé que ella sería el vínculo que me traería al lugar donde recomencé mi vida. Conseguí mi empleo actual, el empleo de mi esposo y, por ende, la residencia en el país al que emigré, gracias a mi conexión con ella y la amistad que nos une.

No fue solo una coincidencia de estar en el mismo espacio. Fue la química, la confianza que construimos, su disposición a ayudar, mi apertura a recibir esa ayuda. Ella fue literalmente la persona que cambió mi geografía, mi estabilidad y mi futuro.

Cuando el universo conspira a tu favor

Estos dos recuerdos me enseñan algo importante: a veces preparamos el terreno con nuestro esfuerzo, pero las oportunidades llegan de formas inesperadas. No fue por aplicar a mil trabajos o tocar todas las puertas. Fue por cultivar relaciones genuinas, estar abierta a las conexiones humanas y confiar en que algo más grande estaba trabajando a mi favor.

Agradezco profundamente estos momentos. Me recuerdan que no estoy sola en este camino, que la vida tiene formas misteriosas de ayudarnos cuando más lo necesitamos, y que las personas correctas llegan en el momento exacto si estamos dispuestos a verlas y valorarlas.

Agnesi,

Un Círculo Rojo



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